Proveniente de San Miguel de Allende, lleva cerca de año y medio en San Francisco del Rincón, donde rápidamente se adaptó a plasmar lo que ama en lo más tradicional de esta ciudad: los sombreros.
Hace seis meses una persona le solicitó pintar en un sombrero, y desde entonces continúa. De boca en boca comenzó a darse a conocer. Fue ahí donde muchos amantes del arte en San Francisco se dieron cuenta de la existencia de Jorge, por lo que comenzaron a buscarlo.
Jorge Rodríguez es casado y tiene un hijo de ocho años. Sus sombreros se han llevado a Arizona, y Orlando. Actualmente tiene un pedido en Puerto Rico de 300 piezas.
Un aspecto que le ocurrió, que califica como curioso, fue poco después de que llegó a radicar en el municipio. Se puso a pintar en el Jardín Principal, de donde funcionarios lo corrieron.
Él les argumentó que no estaba vendiendo productos, sino ejerciendo el arte de pintar sombreros, productos tradicionales de San Francisco del Rincón, por lo que era una manera de promoción: “es como si llego con un libro y me pongo a leer”.
Su argumento convenció para que dejaran de retirarlo y ahora, cada vez que puede se instala a pintar y exhibir los sombreros.