Irapuato, Guanajuato, 29 de marzo del 2024.- En el corazón de Irapuato, la Divina Providencia abrió sus brazos para recibir a una marea de devotos ansiosos por sumergirse en el esplendor del «Viacrucis Viviente». Esta celebración, con más de medio siglo de historia, no solo es un evento religioso, sino un espectáculo que despierta la fe y la emoción de los irapuatenses.
Desde las primeras luces del día, las calles reverberaron con la anticipación de cientos de fieles que acudieron al llamado del templo. La procesión, liderada por la imagen de la Divina Providencia, se abrió paso entre las estrechas calles, cada paso resonando con el eco de siglos de tradición y devoción.
El recorrido del Viacrucis de las Tres Caídas fue una travesía de emociones y reflexiones. Comenzando en la calle Santos Degollado, la procesión se abrió camino por el bullicioso bulevar Díaz Ordaz, deteniéndose ante el monumento a los Niños Héroes para simbolizar la primera caída de Cristo. Con cada estación del camino, la multitud creció, alimentada por la solemnidad del evento y el espíritu comunitario que lo envolvía.
La ruta continuó por la avenida Torres Landa, pasando por Guerrero y alcanzando su punto álgido cerca del templo San Francisquito, donde se representó la segunda caída. El Viacrucis avanzó con determinación por las calles Revolución, Ramón Corona y Álvaro Obregón, atrayendo a más devotos en cada esquina, hasta finalmente regresar al punto de partida en la calle Pedro Moreno, con el templo de la Divina Providencia como testigo silencioso de la fe que los impulsaba.
El clímax del evento llegó con la representación de la crucifixión de Cristo en el estacionamiento de la Plaza del Comercio Popular. Ante una audiencia conmovida, la escena sagrada cobró vida, recordando el sacrificio redentor de Jesús y fortaleciendo los lazos de comunidad y espiritualidad entre los presentes.
El Viacrucis Viviente de la Divina Providencia es más que una procesión; es un testimonio vivo del poder transformador de la fe y la tradición en el corazón de Irapuato. En medio de la solemnidad y la devoción, esta celebración anual continúa iluminando los corazones y las mentes de aquellos que tienen la fortuna de ser testigos de su grandeza.