Una ola de tradición y alegría se apoderó de la capital. La Danza de los Viejitos llegó a la Ciudad de México a bordo del Turibus, contagiando con su energía ancestral a turistas y capitalinos por igual. Michoacán mostró su alma en cada zapateado.
Danza de los Viejitos: Michoacán baila en la capital
La Danza de los Viejitos sorprendió a la CDMX con un espectáculo lleno de color, historia y ritmo.
Más que una presentación folklórica, fue una experiencia que conectó generaciones.
Con máscaras de madera, bastones y trajes típicos, los danzantes michoacanos recorrieron las calles a bordo del Turibus, haciendo paradas estratégicas para regalar sonrisas, aplausos y orgullo mexicano.
La energía de los danzantes no pasó desapercibida. Cada paso honró a los pueblos originarios y a la cultura purépecha. En cada movimiento, recordaron que la tradición sigue viva y puede adaptarse sin perder su esencia.
Las y los capitalinos se acercaron con emoción. Muchos grabaron videos, otros se unieron al baile. Todos fueron testigos de una fiesta inesperada, pero profundamente bienvenida.
Tradición que emociona
Michoacán no llega en silencio. Cuando comparte su cultura, lo hace con el alma, y así lo demostró en esta intervención urbana.
La iniciativa busca acercar al público a expresiones culturales auténticas y generar un vínculo emocional con las raíces mexicanas.
Además, promueve el turismo cultural, posicionando a Michoacán como un destino vivo y vibrante.
La Danza de los Viejitos no solo brilló por su coreografía, sino por el mensaje que deja: la felicidad también baila, y nuestras raíces también viajan.
Este tipo de acciones fortalecen la identidad, despiertan curiosidad por conocer más y provocan un orgullo compartido.
Michoacán, una vez más, logró emocionar desde lo más profundo.
