Guanajuato, 29 de agosto del 2024.- Desde 2009, el estado de Guanajuato ha sido escenario de un oscuro panorama con el hallazgo de 660 fosas clandestinas en 349 sitios, donde se han recuperado 1,245 cuerpos. Muchos de estos restos humanos aún esperan ser identificados, revelando una crisis forense y de transparencia en la entidad.
En los últimos 15 años, Guanajuato ha acumulado 660 fosas clandestinas dispersas en 349 sitios diferentes, de las cuales se han exhumado 1,245 cuerpos de personas que, en su momento, fueron reportadas como desaparecidas. A pesar de estos macabros hallazgos, la opacidad y la falta de coordinación entre las autoridades han dificultado la creación de un registro integral y confiable de estas fosas.
Este sombrío recuento fue posible gracias a un esfuerzo conjunto entre la Universidad Iberoamericana de León, colectivos de búsqueda como Hasta Encontrarte y Una Luz en Mi Camino, la Comisión Estatal de Búsqueda, la Fiscalía General del Estado, y registros de prensa recopilados por Data Cívica. El proyecto buscó unificar los datos disponibles, corrigiendo duplicidades y logrando una representación más precisa de la realidad en Guanajuato.
Norma Patricia Barrón, del colectivo Una Luz en Mi Camino, y Karla Martínez, de la Brigada Independiente de Búsqueda, han denunciado la falta de acceso a información crucial por parte de las autoridades, así como la inseguridad que enfrentan en su labor. Barrón señaló que, aunque en ocasiones se han unido a operativos oficiales, han sido las brigadas independientes las que finalmente han localizado sitios de entierro clandestino ignorados por la Fiscalía.
El impacto de estos hallazgos es devastador para las familias de las víctimas, quienes, además de lidiar con la desaparición de sus seres queridos, deben enfrentar la indiferencia o resistencia de las autoridades. Municipios como Irapuato, Salamanca y Juventino Rosas encabezan la lista de fosas y cuerpos recuperados, lo que resalta la magnitud del problema en ciertas zonas del estado.
La crisis forense en Guanajuato se agrava con el tiempo de espera para la identificación de los cuerpos exhumados, que puede prolongarse hasta dos años. Este retraso no solo afecta a las familias, sino que también expone las deficiencias en la gestión de estos casos. Las brigadas de búsqueda, conformadas en su mayoría por mujeres, continúan su labor sin descanso, demandando mayor transparencia y apoyo por parte de las autoridades. La pregunta que queda es: ¿cuántas más fosas permanecen sin descubrir en el estado?